Lo finito (el mundo) NUNCA podrá darte el Infinito (la Felicidad Suprema) que tu Ser desea. Solo el Infinito puede darte el Infinito. Búscalo, que está YA en ti. 

Cuando logramos lo que deseamos, pensamos haber alcanzado la felicidad pero, ¿por cuánto tiempo? Muy pronto aprendemos que pese a cualquier cosa que hagamos, nunca podremos ser felices de forma permanente, y entonces nos deprimimos, nos sentimos desdichados, tristes, nos rendimos… o, decidimos continuar luchando. Pero, en todos los casos, nunca lo logramos. ¿Por qué? Porque estamos buscando esa felicidad ‘fuera’ de nosotros, en el mundo físico, finito, en el reino de la mente y del cuerpo, todos incapaces de satisfacer ese anhelo. Solamente logramos la verdadera felicidad cuando nos involucramos en el proceso de alcanzarla (limitada pero dichosa), o cuando la alcanzamos (Infinita y permanente).

El ser humano, además de racionalidad, tiene una conciencia bien reflejada (o sea, tiene la potencialidad de volverse uno con el Padre), y así, cuando ha llegado al nivel de sutileza evolutiva y espiritual, se despierta en él esa ‘sed’ de lo Infinito. Desde ese entonces, el Ser –ya más libre del dominio de la mente— la empuja a trabajar para lograr la Felicidad Suprema, la cual NUNCA podrá obtenerse con meros placeres animales y/o primarios.

La lógica, el corazón, el sentido común y todos los Caminos confirman que el mundo –a pesar de todo el dinero, la fama, el conocimiento mundano o el poder que pueda haber en él— JAMÁS te podrá llevar a esa Felicidad Suprema que deseas. Y debido a que ello es imposible, corres y te desesperas sin nunca poderla encontrar. Ese es el drama de los seres humanos ordinarios: buscar en el mundo material y finito, lo infinito, y nunca poder hallarlo.

Pero eso no es lo que quieres para ti, así que debería haber otra manera.

¡Piénsalo! ¿cómo podría algo limitado y finito darte algo inalcanzable e indefinible como el INFINITO?

En realidad, el Ser —tú mismo(a)—, al contrario de la mente, está interesado en la búsqueda del Infinito, y su naturaleza es comprender la Entidad Cósmica, por lo tanto, no encontrará paz hasta que no logre el Infinito. Y así, con la ayuda de la mente —que a su vez, pone a trabajar tu espectacular cerebro—, el Ser es la única puerta hacia ese Infinito. La BUENA noticia es que tu Ser está ya en ti, y tu ‘trabajo’ es solamente fortalecerlo controlando la mente y logrando que ella te lleve allá.

Para clarificar más, sígueme en esto.

Una cadena de hierro existe porque existe el hierro, pero el hierro no necesita de la cadena para existir. De la misma manera, el cerebro funciona solamente porque existe la mente y sin ella no podría funcionar, y eso lo confirmamos observando la muerte, o sea, vemos que cuando la mente se va, el cerebro cesa de funcionar. También la mente (yo existo, yo hago, yo he hecho) tiene alguien superior y así existe porque es calificada por la Consciencia individual (el Ser), que a su vez existe porque es calificado por la Conciencia Cósmica. Así como la cadena, cerebro, mente y Consciencia individual deben su existencia a la Consciencia Cósmica, pero, esta última, no los necesita para existir.

Cuando el ser humano quiere regresar a esa Consciencia Cósmica, entonces debe hacer el camino inverso: el ‘yo hago’ de la mente se debe sumergir en el ‘yo soy’; el ‘yo soy’ debe sumergirse en la Consciencia individual que, para terminar el Viaje, deberá volverse uno con la Consciencia Cósmica.

¿Cómo hacer ese proceso? ¿dónde encontrar ese Conocimiento Transcendental?

Aunque todavía no sabes cuán afortunado(a) eres tú. Si estás entendiendo lo que te quiero decir, ¡ya sabes dónde encontrarlo!

¿Qué harás entonces para acercarte a tu Camino?