Desde niño —y hasta el cansancio—, me han repetido que ‘Polvo soy y en polvo me convertiré’ o sea ¿qué mi cuerpo es de polvo y que un día regresaré a ese polvo?

¿Polvo?

No entiendo. ¿A caso soy solo este cuerpo? Además, ¡Me siento tan vital y lleno de Luz!

Y me han dicho que mi Alma, nacida ya pecadora, será juzgada y castigada PARA SIEMPRE.

¿Mi Alma nacida pecadora? ¿y qué hice yo para ser llamado pecador? ¿Cuándo hice algo malo? No entiendo… ¿Quién fue esa mente perversa que se inventó ese cuento?

¿Además, no es mi Alma la chispa del Padre? Y entonces, ¿cómo puede ser ella pecadora si Él es Puro e Infinito?

Pero yo era un niño, inocente, impresionable, y esas visiones obscuras, castigadoras y terribles que mi religión me impuso, me molestaron, ofendieron y llenaron de rebeldía todo mi Ser.

¿Es tal vez por esas visiones que busqué la Realidad, y hoy soy el Ser libre que soy?

¿Es tal vez por esa visión que desde joven aprendí cómo vencer el miedo a la muerte?

¿Es tal vez por esa visión que ya no creo que haya un castigo eterno y que mi Padre Supremo es un Padre lleno de Amor Infinito?

¿Es tal vez por esa visión que ya no creo que mi Alma —parte de mi Infinito Padre— es impura y pecadora?

¿Es tal vez por esa visión que ya no creo que con mi muerte me voy a desaparecer y que todo lo que he hecho y sufrido ha sido inútil?

Sí, ya SÉ, en cada célula de mi cuerpo, mente y Ser, que el Infinito está YA en mi. Y que yo soy Él…

Hermanita querida, hermanito querido, no te desesperes, ni vivas con miedo o confusión. Tú eres Infinito. No te dejes vencer por el miedo, por dogmas, ni por creencias absurdas que existen solo en la mente de quién te quiere explotar y utilizar. Recuerda: ¡tú eres YA libre e Infinito!

¡Sé Feliz y el digno hijo o hija de Ese Padre lleno de Amor!