Sé que amas escuchar historias.

Cada historia tiene el poder de cautivarte, asustarte, enamorarte, hacerte soñar, llorar, reír, o sentirte feliz o infeliz.

Triste y negativa, o alegre y llena de luz, en su fibra cada historia tiene una enseñanza para crecer…o para degenerar.

Desde que nuestros antepasados vivían en cuevas y se contaban historias asombrosas alrededor del fuego, cada historia es parte de una cadena infinita de historias que continuará hasta el último de los humanos.

Tú también tienes historias únicas e íntimamente tuyas. Porque las viviste en toda su miseria y alegría, forman el tejido de tu vida.

Tú eres tu historia. Tu historia eres tú. 

Te necesitamos y necesitamos tus historias. Necesitamos historias que nos inspiren, que nos vuelvan más fuertes y poderosos. Necesitamos historias que nos den alegría, que nos asombren y hagan soñar, que nos vuelvan capaces, que nos pasen experiencias desconocidas, que nos enseñen a fallar, a levantarnos y a continuar, que nos ayuden a reaccionar al mal y a luchar con valentía por nuestros derechos y valores.

Necesitamos historias para ser felices.

Tu abuelo te cuenta ahora sus historias, y es tu derecho conocerlas. Historias de cómo sobrevivió a una guerra, historias de desgracias y felicidad, historias de cómo vivió su larga existencia…historias…

Y tú -aún sin quererlo- juzgarás lo que hizo, o no hizo, o cómo lo hizo, o cómo fracasó, y cómo su vida fue inútil o valiosa.

Tú también serás abuelo. Tú también tendrás la enorme responsabilidad de pasar tus historias.

¿Qué historias querrás contar a tus nietos?

¿Estás consciente de que cada día estás escribiendo tu historia con lo que estás haciendo con tu vida hoy? ¿Y que su belleza y valor dependerá de la calidad de tu presente? ¿Que está en ti vivir hoy algo grande o lindo que inspirará luego?

¿Estás viviendo hoy algo que valdrá la pena contar en el futuro?

Si tu abuelo no tuvo una existencia vivida -sea grandiosa, dura, o fracasada- no te pudo contar historias valiosas. Habría podido transformar tu vida para siempre, pero te falló y te privó de un tesoro que se encuentra sólo en la universidad de la vida, y que no supo transmitirte.

Tal vez él nunca fue consciente de que te fallaría, porque tal vez nunca lo pensó, o tal vez nadie le dijo de hacerlo, tal como a ti ahora.

¡Ahora si tú sabes que no puedes fallarle a tus nietos…y eso es tu tesoro y tu condena!

¿Qué les contarás?

¿Solamente de tus éxitos, como hacen los abuelos que se quieren lucir?

¿Y les contarás de tus fracasos? ¿No son acaso tus fracasos, más que tus éxitos, los que formaron el ser que eres ahora?

¿Y cuál será la calidad de tus historias?

¿Qué responderás a tus nietos cuando te pregunten qué hiciste para evitar que algunos seres egoístas y codiciosos destruyeran la selva, los ríos, los mares y el aire del planeta donde lo invitaste a vivir, y dónde tú vives HOY?

Tal vez les dirás: ‘Pues, trabajé para comprar esta casa que desde hace poco es nuestra, y mantuve mi familia’. Y ellos te mirarán como tú miras ahora a tu abuelo…¡y te juzgarán¡

Entonces ¿Qué estás haciendo y qué historia escribirás hoy? ¿Será una historia que hará soñar a tus nietos?

AHORA y solamente ahora es el momento de crear y vivir las maravillosas historias que contarás.

Cada historia, como anillos de la cadena infinita, te ha nutrido y te ha hecho quien eres en este instante. Tú eres un anillo más de esa cadena infinita de la humanidad, de nuestra común humanidad, de nuestra común hermandad…

¿Estarás listo para fortalecer la cadena infinita de historias y regalar las tuyas? ¿O romperás ese anillo y nos fallarás a todos?

¿Romperás la cadena infinita que nos une desde siempre?

Confío en ti, y confío en que no lo harás!