¡Llegaste, sí llegaste, y todo te lo grita!

Desde tu nuevo yate,

con ropa de marca y Rolex,

piensas en el saludo de respeto de tu portero,

en tu carro de alta gama que parqueas donde está escrito ‘Dueño’

en tu secretaria que se levanta atenta a tu pasar,

en la sensación de poder y de lujo que te rodea,

en tus amigos de la Farándula que te buscan para salir,

en tus fotos en revistas,

en el puñado de tarjetas de crédito que usas cuando pagas,

en el campo de golf del club más exclusivo,

y en qué tan amado, aceptado, escuchado y admirado eres y,

observando a tu modelo último modelo,

te gozas el sol caliente del Caribe…

 

…y de repente,

por un gritar alborotado que llega desde lejos,

brincas al escuchar la voz brava de tu pareja

que te dice que hoy te cortan los servicios,

…y despiertas en la sala de tu casa

en frente del computador

y del yate que descansa en su pantalla…

 

Con tristeza sientes que quien te ama no te entiende,

ni mira tus esfuerzos, luchas, o lo que haces,

ni entiende que tú no puedes ser como todos los demás,

que eres diferente,

que quieres ser rico,

que otros peor que tú lo han logrado,

que crees en ti y que te mereces más,

y eso te anima y motiva,

¡pero esa vida es dura!

 

Sí, tu vida es ahora dura,

estás frustrado, deprimido,

te sientes solo,

tu realidad te golpea y no es la misma de quien llega al éxito,

y eso te asusta y casi tiras la toalla…

 

¡He pasado lo que tú pasas ahora y sé lo que sufres!

 

Pero entiende que quien te ama es buena gente

a quien nadie le ha dicho que la Vida es un sueño hecha de sueños,

ni de cómo se debe luchar por lo que se quiere.

Parte de una masa inerte que cubre el mundo,

tu familia y amigos piden poco o nada,

no quieren ni esforzarse ni sufrir

y por miles de miedos que los paralizan

han aceptado una vida banal pero segura,

sin emociones y sin temores,

sin ruidosos fracasos e infeliz,

siempre igual y sin peligros,

sin ansiedad y en tranquilidad,

trabajando duro o liviano pero con sueldo,

con humillaciones y sin el miedo a la quiebra,

inmóviles y sin deber luchar,

sin pena y sin incomodidades…

Ellos no quieren el cambio ni lo desconocido.

 

PERO,

Si eso no es lo tuyo,

¿Qué es una vida inmóvil y siempre igual,

agachando la cabeza a un patrón o jefe

que no te entiende o que te explota?

¿Qué es una vida sin espíritu de lucha,

determinación, valentía, perseverancia, invención y cambio?

 

¿Qué hacer entonces?

 

Si eres diferente,

actúa de manera inteligente.

Sólo por un tiempo más

abraza con alegría y desapego

lo que esos pobres llaman tu ‘pobreza’,

tu falta de mucho,

tu humillación en el deber pedir,

tu aguantar miles de ‘NO’,

las miradas de rechazo,

los familiares sonidos de tu estómago que no recibió comida,

tus largos caminos tocando puertas bajo sol y lluvia.

 

Sólo por un tiempo más,

aguanta la cantaleta de tus padres y/o de tu pareja

que te piden buscar un trabajo seguro,

que eres un ‘bicho raro’ y que de dónde saliste,

que quién te puso todo eso en la cabeza,

que pares de escuchar todas esas bobadas y de leer tantos libros,

y que vayas a hablar con un cura que te va a dar un buen consejo,

o con tal señor que tal vez te dará un trabajito seguro y honrado…

 

¡Descuida! Todo eso es parte de tu camino…

 

Aunque parece, tu ‘pobreza’ de ahora NO es pobreza!

La pobreza NO está en la falta de dinero,

ni en la lucha por lo que quieres

ni en deber pedir, vender, sufrir o aguantar hambre…

la verdadera pobreza está en la inmovilidad,

en el vivir con miedo,

con cada día igual,

sin servir, sin cambios ni emociones…

 

¡Levántate cada día y sigue tus sueños

porque tu vida DEPENDE DE ELLOS!

 

Aunque tu camino es ahora duro

lloras en silencio y aguantas,

AGUANTAS TODO

SIN NUNCA RENDIRTE,

porque en este momento estás sembrando sueños,

y un día, después de mucha lucha, sufrimiento y lágrimas,

y esta vez de verdad,

te subirás en el yate de tu pantalla.

 

¡Llegaste, sí llegaste, y todo te lo grita!

 

No, ¡todavía NO!

 

Porque sujeto a sufrimientos, penas y miedos,

a pesar de ser rico, eres de la misma raza de tu familia y amigos.

 

¿Qué tal si lucha y sufrimiento

han sido la enseñanza de tu Padre

para decirte que tu Meta es mucho más GRANDE que ser rico?

 

¿Qué tal si todo eso fue para SABER quién eres,

por qué existes, y cuál es tu Misión en la vida?

 

¿Qué tal SABER que tú eres un Ser YA divino,

maravilloso y resplandeciente?

 

¿Y qué tal realizarte a ti mismo

y regalarte al mundo?