Eres mucho más joven que yo. A mis 20 años no entendía ni un cuarto de lo que tú entiendes ahora. Sé que eso te hace sonreír y sentir un ‘teso’, pero tú estarás en la misma condición con tus hijos y nietos.

Como humanos estamos evolucionando cada vez más en tecnología, información, comunicación, conocimiento y crecimiento pero no logramos hacerlo de la misma forma en el mundo sutil, en el mundo del Ser.

Debido a la gran simpatía que siento por ti, hoy te voy a comentar un poco sobre cómo puedes conocer e integrar esos dos mundos: el mundo material que te rodea y atrae, y el mundo que no se puede ver ni tocar, y que representa tu Ser.

Tal vez pensarás que soy un ‘cucho’, o un viejo ‘pasado de moda’, pero lo que siento por ti es tal vez similar a lo que tú puedes sentir observando a un niño de un año que está aprendiendo a caminar y que todavía se pone en la boca cualquier cosa para entender de que está hecha. Aunque eso te podrá ‘ofender’ un poco, entenderás mejor cuando los años y la vida empiecen a ‘jugar’ contigo, y te ‘trabajen’ tal como lo hace un experto cuando pule un diamante de todas las impurezas.

El corte de la Vida duele, pero te hace más brillante, puro y hermoso.

En el constante esfuerzo de aprender y entender el mundo que te rodea, me encanta verte en acción. Terminaste bachillerato y como tus ‘armas’ para conquistar el mundo tienes Internet, computador y smartphone. Eres listo, inquieto, curioso y abierto a lo nuevo. A través de las redes sociales te relacionas con otros como tú y eres miembro de muchos grupos. Manejas a la perfección todos los trucos de Facebook, YouTube y demás redes, y estudias en varias plataformas educativas donde te hablan de ser rico, de tener una mente emprendedora y millonaria, y eso te empuja aún más.

Sueñas en grande. Pronto empiezas tu negocio, tal vez una Start-up, te endeudas, quiebras la primera vez, estás dispuesto a experimentar, a entender y, sobre todo, quieres ser rico. Quiebras la segunda vez, pero perseveras porque no quieres ser parte de la masa pobre. Te entiendo y tienes razón. Es mejor tener riqueza (integral) que pobreza (física y de espíritu). Al final, el dinero es sólo una herramienta que se puede usar en muchas maneras, buenas o malas.

Cada obstáculo te hace más fuerte, resiliente – y capaz, y aprendes muy pronto lo que es una adversidad y que los obstáculos son sólo retos en tu camino hacia el éxito. Al inicio te podrás asociar con alguien que te explotará o usará. A veces, por falta de experiencia escogerás malos socios que están listos a pisar tus derechos y su integridad. También escogerás ‘mentores’ de baja calidad que, sin reflejar en sus vidas las cualidades o valores que enseñan, te hablarán de riqueza, liderazgo o Ser, y te harán perder tiempo precioso.

¡No te preocupes por todos ellos! Son parte de tu destino y están en tu camino para entrenarte y ayudarte a entender siempre más sobre la naturaleza humana.

Crecerás.

Si continúas sacrificándote y ‘trabajando’ duro y con inteligencia, y tienes perseverancia, estrategia y flexibilidad, serás exitoso.

¡No tengo la menor duda sobre eso!

Me habría gustado mencionarte también que para llegar allá habrías debido tener cualidades como honor, honestidad, conocimiento del Ser, pero esos valores no son realmente necesarios para lograr un éxito mundano y superficial. Al hacerlo, me podrías responder que muchos de tus héroes billonarios o entrenadores famosos son carentes de ellos y, aún así, son admirados y respetados. ¿Admirados y respetados por quiénes? Por todos aquellos que aman una riqueza sin valores, tal como ellos.

Honor, honestidad y conocimiento del Ser son valores fundamentales para lograr un éxito permanente, pero hoy no te hablaré de eso.

A los treinta años -o antes- serás un empresario exitoso. Estarás en la ‘cima del mundo’. Te sentirás superior, poderoso, admirado, querido, rico, famoso, con miles de fans y seguidores delirantes por ti que te idolatrarán todos los días, diciéndote cuán grandioso eres, y que ha sido un sueño conocerte o imitarte. Además, tendrás carro, casa y la mujer de tus sueños, y estarás feliz y contento para siempre.

Pero NO, un momento,

¡NO para siempre!

Así es como terminan los cuentos de hadas, y esto no es un cuento.

Se trata de la Vida,

¡Esta ES la VIDA!

Y la vida no es tan sencilla. Que lo sepas o no, no estás aquí sólo para ser rico o simplemente existir, sino que, quieras o no, has venido a aprender, a sufrir, a evolucionar, a entender quién eres…para un día transcender.

Porque veo en ti el chico confundido que fui (y a esta altura de la vida todavía no entiendo MUCHAS cosas), hoy te voy a compartir algo sobre cómo grandes sabios alertan a chicos como tú y eso te podrá ayudar a evitar los riesgos que deberás enfrentar en tu vida.

El no hacerlo sería ir en contra de mi consciencia y no darte la posibilidad de escuchar una voz diferente entre aquellas que sólo te emboban con el cuento de una riqueza vacía hecha de dinero, fama y poder.

Si no está alimentado por tu Ser, el éxito material NO es un éxito permanente, ni es importante.

Pero regresemos a tu proceso hacia el éxito.

Ya lo lograste, y sin darte cuenta, has ido alimentando a un enemigo, el enemigo más cercano a ti, y el más poderoso entre todos…

¡Tu Ego!

Ese mismo ego que hasta ahora te ha empujado a lograr ‘tu’ éxito, es ahora libre de dedicarse a hacer lo que más le encanta: ¡CRECER!

En su caso, crecer significa inflarse, volviéndose arrogante, codicioso, egoísta, irrespetuoso y manipulador, todas ‘cualidades’ que, en poco tiempo cambiarán la imagen que la gente tiene de ti, y que te harán experimentar otra faceta de la vida que no conocías.

Creerás que ya has probado al mundo, que lo lograste, (¿qué?), que llegaste (¿dónde?), que tienes mujeres (¿del tipo que están listas a sacrificar su juventud por plata, viaje y ropa firmada?), que tienes muchos ‘amigos’ (que te usan) o fans (que te alaban sin conocerte), pocos amigos (de los viejos) que todavía te quieren, y tus padres muy orgullosos de ti por ser el ‘exitoso’ de la familia…

‘Parece’ que el mundo te sonríe.

¿Será?

Sin darte cuenta, ahora abusas de tu inteligencia, poder y carisma, usas (no utiliza), usas a los demás como no deberías, y magnificas el círculo vicioso del efecto boomerang, donde se te regresa todo lo malo (y bueno) que haces.

¿El efecto final?

Sin saber cómo, muy pronto tu mente será burda, básica, reptil, apegada, materialista y sedienta por siempre más cosas. Obsesionado por el dinero y por mantener un estándar de vida alto, ya no enseñas lo que sabes, sino que enseñas o vendes lo que sabes que se vende, aunque no tienes ese conocimiento. Por tu inteligencia superior y experiencia, al servicio de tu codicia, ‘usas’ a los demás a tu antojo.

¿Eres rico y piensas que eso te hace diferente?

¡NO!

Si no despiertas, serás uno más de la masa y no una ‘Perla’.

¿CUÁL ES LA SOLUCIÓN?

Continúa creciendo, emprendiendo, teniendo auto-disciplina, estudiando, luchando, cuidándote, perseverando, conociendo… y utiliza esas mismas cualidades también en el mundo interior, en el mundo de tu Ser.

¡Conócete a ti mismo!

Tú éxito, ya sea interno o externo -en buena medida- está en tus manos. A tus 20 años, y teniendo a tu alcance la impresionante información de Internet -que yo nunca tuve- ¿quién te impide tener ese éxito que tanto quieres?

¿El enemigo?

Otra vez, tu mente inflada de ego.

Me encantaría recibir tu visita en 10 años -o antes- donde me cuentes de tus muchos logros y de tus futuros planes; escuchar que tu ego no ha sabido ganarle a tu Consciencia; que te has mantenido íntegro y constantemente dedicado al crecimiento tuyo y de los demás; de los muchos empleos que has creado; de que en tu empresa hay mecanismos para que tus colaboradores sean alimentados con el mismo conocimiento que te llevó al éxito; que has creado un fondo de préstamos a cero interés dedicado a jóvenes que necesitan capital; que eres un Mentor para muchos chicos de bajos recursos que, como tú ahora, están buscando un éxito integral; que has encontrado ‘tu’ Camino espiritual hacia la Felicidad Suprema que te alimenta y da la energía apropiada, el amor y la motivación para servir a quien sufre.

Piénsalo profundamente. Como lo he dicho antes, tú éxito -en en gran parte- está en tus manos.

Yo esperaré paciente tu visita.

¡Que seas feliz!