Después de un viaje, particularmente si es largo, de negocios, o donde no has comido o dormido bien, sientes una fuerte nostalgia de regresar a tu hogar, donde sabes que encontrarás alivio, porque allí está quien más amas y quien te ama, tus cosas, tus viejos hábitos y rituales, tu cama, tu comida, y lo que más te hace sentir cómodo(a) y a gusto.

¿Y qué es la vida sino un viaje?

Considerando a quien normalmente llega a leer estas palabras, estoy TOTALMENTE SEGURO de que sea como sea tu vida –larga, corta, dura, inútil,  normal o fascinante— nunca te sientes completamente a gusto. Siempre buscas ‘algo más’.

¿Y qué es ese ‘algo más’?

Es el deseo de regresar a El Hogar, de regresar al regazo de tu Padre donde, consciente o inconscientemente, sabes que encontrarás la paz y Felicidad Infinita que estás ahora buscando. Ese es tu Hogar, la Realidad, y lo que verdaderamente quieres.

¿Por qué es tan difícil llegar allá o aún solo entenderlo? Porque el mundo y la sociedad que te rodean –con sus programaciones, miedos, deseos, apegos, emociones, creencias, egoísmo y codicia— te mantienen lejos de él.

Y así, si ya has llegado a un grado de evolución espiritual y estás listo(a) para ‘sentir’ Su atracción, si lo que ya tienes o haces ya no te llena, si nada externo y ‘finito’ te puede satisfacer, si te sientes un ‘bicho raro’ a quien nadie parece entender, si vives con nostalgia e insatisfacción de ese ‘algo más’, ‘empiezas a despertar’. Y cuando entiendes que ese ‘algo más’ está YA en ti, inicias tu búsqueda de El Camino y el regreso a El Hogar.

Y entonces, ‘por casualidad’ lees o escuchas algo nuevo que te toca en las fibras más profundas de tu Ser, que te sacude y hace pensar… y eventualmente llegas a la meditación y a El Camino.

Y aquí puede pasar que unos ‘mercantes de la espiritualidad’ (es el término más suave que encuentro para ellos) están en alerta para usarte y explotarte a su antojo. ¡Cuídate mucho de ellos que solo quieren tu dinero o poder sobre ti.

Pero, si es tu destino y te encuentras El Camino, al inicio miras todo con desconfianza y, aunque sepas cómo hacerla, dejas la meditación de lado por un tiempo. Y un día, parece por curiosidad –pero porque en realidad tu Ser te lo pide a gritos— decides probar, y empiezas a meditar… Y, si meditas con sinceridad y puedes ‘ver’, así sea un poco, a través de la neblina y confusión de tu mente, ENTIENDES que esa es la mejor manera para regresar a El Hogar que tu Ser anhela.

Y entonces, tal vez por primera vez, tu nostalgia es cubierta por la excitación de la búsqueda, por el anhelo del Infinito, por la atracción que el Imán Supremo tiene sobre ti, y te sientes pleno con una inmensa alegría de ir hacia Él.

Y ya NUNCA MÁS tendrás nostalgia, miedo, o te sentirás solo(a)… Sentirás solo anhelo y siempre más anhelo por el Infinito… hasta que un día llegarás a El Hogar, Su Morada, donde hay solo Felicidad y Dicha Infinitas…