Madre, un día caminando en una playa desierta acompañado solo de viento y mar, surgiste de mi Ser y desde ese momento me has llenado de felicidad, amor y alegría.

Cuando mis antiguos demonios me controlan, me eludes y te ocultas, y yo te busco y llamo desesperado, ‘Amor mío, ¿dónde te fuiste? ¿Por qué me dejaste solo?’

Y tú, tal vez conmovida por mi llanto, regresas y me envuelves en tu cálida sonrisa. ¡Y qué felicidad reencontrarte y sentir tu aliento cerca de mi Ser!

Mi tesoro –lo sabes— inconsciente de la Realidad, de chico, hambriento de vida e inflado por deseos mundanos, miraba todo como un territorio inexplorado por conquistar, tener, gozar, poseer. Inexperto y creído, corría sin saber que sin ti todos mis logros habrían sido inútiles y vacíos…

Sin tu dulce y acogedora presencia, mi vida fue dura, tormentosa, confundida y dominada por emociones absurdas que la hicieron miserable. Sin rumbo, alegría y tranquilidad, tenía problemas conmigo mismo, familia, amigos, conocidos y con el mundo en general. Andaba desorientado y apego, miedo, deseos, envidia y celos me dominaban.

Ese día en que te asomaste a mi vida, me embrujaste para siempre. Desde ese entonces todo fue más fácil, y pronto te encontré en quien amaba y en todos aquellos que habían sufrido porque no sabían verte.

Y tú, como una madre generosa, transformaste mi confusión de amor, pasión y apego en relaciones maravillosas, y todos aquellos que tocaste se volvieron tus amantes. Y así tu radio se amplió siempre más y, uno a uno, una a una, cada uno te llevó a otros, y ellos a otros más y, como un arco iris que se encuentra en la profundidad de cada ser, hiciste nacer un círculo virtuoso de tranquilidad y alegría en muchas vidas.

Y hoy, contigo al lado, todo fluye con aquella gente buena, que imperfecta como yo, comparte mi Camino.

Tu compañía, como un bálsamo sanador que ha purificado mi mente y fortalecido mi Ser, me ha hecho renunciar a miedos, sentimientos de inferioridad, y a mi desmesurado ego que quiere controlar a los demás, y me ha enseñado que combatiendo mis demonios, quemando mis máscaras, y pensando en la Realidad, puedo mostrar mi verdadero Ser y regalarlo al mundo. Y me has enseñado que es más dulce dar que recibir, que la vida es maravillosa solo si es vivida en alegría y justicia, y que el Amor es lo único que hay.

Y me has enseñado a luchar y a renunciar a todos aquellos que me quieren alejar de ti, que viven sin ti, o que no saben ni amar ni servir, y de los egoístas, de los codiciosos, de las relaciones tóxicas, y de quien vive ebrio del licor adulterado de su ego.

Ahora, en cada momento que mi Padre me regala, te busco en cada Ser, animal, planta o cosa. Y cuando no te encuentro en alguien que te perdió o que todavía no te conoce, le hablo de ti y le cuento de lo lindo que significa tenerte, y de cómo contigo mi vida ha cambiado para siempre.

Madre linda, ya es muy fácil encontrarte en cada amanecer, en miles de pájaros que cantan a la vida, en el viento, en una lluvia torrencial, en el pacífico movimiento de un río, en la sonrisa de un niño, en una mirada de amor de un corazón lleno, en un cachorro que juega con su cola, en un majestuoso atardecer, en toda la naturaleza y en cada animal libre… y te encuentro en el dulce silencio de mi meditación… y en mi adorado Padre…

PERO,

¿Por qué tan raramente estás entre hombres y mujeres, hombres y hombres, y mujeres y mujeres?

¿Por qué te escondes tanto a otros tan necesitados como yo?

¿Por qué tantas guerras, violencia, codicia y odio?

¿Por qué millones sufren por no saberte ver?

¿Por qué tantas luchas de pequeños egos inflados olvidándose del Ser?

¿Por qué no llenas a mis hermanos y hermanas como me estás llenando a mí?

¿Tal vez porque no te buscan como deberían? ¿Tal vez porque viven en sus mentes y no dejan que su Ser vea la luz? ¿Tal vez porque no han luchado, ni saben luchar por ti?

Sí mi Amor, muchos, demasiados, no saben todavía que deben renunciar a miedos, codicia y egoísmo, y que tú llegas a ellos sólo a través de entrega, sacrificio y Amor por el Infinito Padre…