1. La masa común y dormida

El mundo externo, hermoso, atractivo y lleno de formas, colores y vibraciones, siendo el primero en llegar a través de las ‘puertas’ a los sentidos, parece el más importante. Y así, porque la casi totalidad de la gente no sabe resistirse a ese encanto, vive obsesionada con riqueza, fama, poder y placeres.

Sin embargo, ese mundo es finito y material, y como la mente tiene la poderosa tendencia a degradarse, y no a elevarse, se vuelve cruda, burda y básica.

Ese mundo externo, tan atractivo y lleno de colores, tiene también la capacidad de ocultar la Realidad y eliminar o reducir la motivación y el espíritu de lucha para lograr la Felicidad Suprema que cada uno(a) quiere y que —porque se encuentra fascinado(a) por el mundo externo— no sabe ver ni entender.

Yo —por ser común, aburrida, dormida y normal— llamo a esa gran mayoría ‘la masa común y dormida’.

Entre la masa común y dormida hay muchos tipos de individuos que normalmente se odian y matan entre ellos, pero hoy voy a dividirlos solamente en dos categorías:

Los ‘ebrios/ricos’ y los ‘rasos/pobres’

  1. Los ebrios/ricos–que pueden ser muy pobres de espíritu— aman fama, poder y dinero, corriendo todo el tiempo hacia tales metas. Tienen un enorme poder económico y ‘controlan el mundo’.
  2. Los rasos/pobres son pobres—particularmente en espíritu— que se quejan todo el tiempo por lo que sea. No se mueven de su zona de confort donde, después de una larga vida de estar dormidos, se mueren sin dejar traza alguna.

Ambos tipos viven como sonámbulos: naciendo, comiendo, sufriendo, gozando, trabajando, emparejándose y, sin ni siquiera preguntarse quiénes son, se quedan dormidos todo el tiempo.

La masa común y dormida, para poder existir y así mantener el statu quo que le ha sido impuesto, ha creado unas normas que todos deben respetar.

¿Qué es una norma? 

La palabra ‘norma’ viene de normal, usual, común, y es considerada por lo que la gran mayoría define como ‘lo que es normal’. Se caracteriza por rechazar todo lo que es diferente a ella, o que asusta a la masa o que la masa no entiende.

Para la masa común y dormida, quien divaga, se equivoca, sueña, se extravía mentalmente, y no actúa según la norma, es un ‘anormal’ o un ‘loco(a)’.

Aunque no lo creo, parece ser que no aceptar o criticar lo que es diferente es una característica humana.

La masa común y dormida piensa que cualquier norma y regla —que puede ser también absurda y dogmática— DEBE ser aceptada y/o seguida por todos, incluso cuando ni siquiera ella misma puede entender el por qué.

Y así, la ‘normalidad’ se vuelve tan poderosa en la mente de esa masa-común-y-dormida que sólo el saber que alguien no es ‘normal’ o igual a ella, le incomoda, le hace sentir insegura e incapacitada para utilizar el libre intelecto y… pensar… entender…

¿La reacción más ‘normal’?

Quien es diferente es invitado primero, empujado después, y forzado si no quiere, a seguir esas normas para volverse ‘normal’. Cuando ese individuo libre y pensante no acepta esa ‘normalidad’, la masa-común-y-dormida reacciona indignada y lo tacha de raro y rebelde.

¿Por qué?

Porque quien va en contra de lo que todos hacen, lo que la sociedad y/o la religión de turno han enseñado desde siempre, de alguna manera es peligroso y se DEBE aislar y neutralizar.

Considerando que la masa común y dormida es la mayoría, ha establecido que son ellos los únicos ‘sanos’, y que todos los demás somos unos ‘locos(as)’ y rebeldes.

Y así(,) quien no quiere seguir las ‘normas’, quien no es ‘normal’, ‘usual’ o ‘común’ es el ‘malo del paseo’…

… Tú o yo… parece…

Sí, tú y yo somos así los ‘malos del paseo’, los ‘bichos raros’, los peligrosos, los rebeldes…

¿Cómo te sientes sabiendo eso?

¿Te reconoces?

Vamos a mirar quién es un rebelde…

2. El Rebelde 

Por supremo decreto de la masa-común-y-dormida quien divaga, se equivoca, sueña, se extravía mentalmente, y no actúa según la norma, es un ‘anormal’ o ‘loco(a)’.

Partiendo de esos ‘defectos’ y de la incapacidad de unos pocos(as) para ‘encajar’, en la masa-común-y-dormida, nace el rebelde.

Porque el rebelde es libre, impredecible, actúa como quiere, no tiene pena de nada, hace lo que quiere y dice lo que piensa, es considerado un peligro.

El rebelde puede actuar de un modo raro, decir y vivir como quiere y donde quiere. No necesita nada ni a nadie, es auto-suficiente, vive en el momento, goza de la naturaleza, no se preocupa de su apariencia, ni necesita la aprobación de nadie, pero sí, molesta a la comunidad porque es inteligente y piensa… piensa demasiado…

Los rebeldes son unos pocos. Son los piratas, los genios, los revolucionarios, y todos aquellos que usan su cabeza, que se hacen preguntas. Son aquellos que te sacuden, que te hacen pensar, que te retan, que dejan huella. 

Cuando los encuentras, lo notas, y nunca te olvidas de él o de ella.

Son todos aquellos que quieren libertad, que quieren cambiar ellos mismos, y son aquellos que al final cambian el mundo. 

Claro está que entre los rebeldes también hay ricos y pobres. Ellos también nacen, comen, sufren, trabajan, se emparejan, la pasan rico… pero se preguntan quiénes son, por qué viven, cuál es su Misión en esta vida, qué pueden hacer para contribuir al bienestar universal, y luchan por tener una justicia social, luchan por mejorar la sociedad, y sufren, y a veces mueren… por sus ideales.

El rebelde, el pirata, es quien ha probado y continúa probando con sus acciones, modo de pensar, de vestirse, de luchar, y que se está esforzando por cambiar el mundo.

Y ellos continúan y continuarán luchando y, paso a paso, puerta a puerta, persona a persona, crean cambios, que a veces pueden parecer microscópicos, cambios que un día alcanzarán la masa crítica y entonces se vuelven permanentes también en la masa-común-y-dormida.

3. El Sabio

El Sabio —que al inicio es también llamado ‘loco’, porque tiene unas similitudes asombrosas en común con un loco/loco, es alguien a quien hasta la masa-común-y-dormida a veces respeta.

Un sabio no es violento, no molesta a nadie y, hace todo lo que quiere. Actúa de modo ‘raro’, porque dice y vive como quiere y donde quiere. No necesita nada ni a nadie, es emocionalmente auto-suficiente, vive con poco y en el momento, goza de la naturaleza, habla con los animales, las plantas y las cosas, se ríe a carcajadas del mundo y de su ilusión, y baila y canta expresando su felicidad.

Es indiferente a la vida y a la muerte porque no le tiene miedo, ni se preocupa de su apariencia, ni necesita la aprobación de nadie. Vive en el ahora y no pierde su precioso tiempo en inútiles o tóxicas amistades u ocupaciones sociales.

La gente, con asombro y admiración ama cuidarlo ya que, más allá de formas y apegos, es un ser libre. Come y se viste de lo que le dan… no tiene ego y nada lo perturba. Aunque está en el mundo, vive más allá de él.

¿Eres tú de la masa común y dormida, un rebelde o un sabio?

Si no te sientes de la masa-común y dormida, sé cómo te sientes, porque yo he vivido y vivo lo mismo.

Te cuento que hay esperanza y que no hay nada de ‘raro’ en ti, simplemente eres de una ‘raza’ diferente.

Mira, hay sólo dos tipos de personas que no sufren: los perfectos idiotas y los Grandes Sabios, o sea, la demencia y la Perfección.

Con buena probabilidad, tú y yo estamos en algún lugar entre esos dos extremos y, para llegar a la Perfección, mucho, muchísimo depende de ti.