¡Lo encontré! ¡Lo encontré!

¡Encontré un lugar donde soy libre, completamente libre de las ataduras emocionales del mundo!

Es un lugar que siempre ha estado en mí, y que mis miedos y creencias habían cubierto con una cortina densa y negra. A veces, aunque no estaba plenamente consciente de su existencia, lo sentía como algo vago pero no lo podía percibir claramente.

Ahora, por la Gracia Infinita de mi Maestro, y porque he entendido el Juego Cósmico del Padre, y lo que es la vida y la muerte, ya todo es simple. Desde un punto de vista mundano, cuando, como humano e inquilino de este planeta, actúo con moralidad, sinceridad y benevolencia, y soy consciente de que mi libertad llega hasta donde empieza la de los demás y no causa atadura, molestia o sufrimiento, soy libre.

Sí, ¡soy libre, libre en cada fibra de mi ser!

Sintiendo el divino en mí, lleno de amor por todo lo que me rodea, estoy pleno, satisfecho, desapegado y completo en mí mismo.

Todo es hermoso y parte esencial del UNO.

Hombre, Mujer, Joven, sé que tú también quieres ser libre, emocionalmente libre! 

Pero, te pregunto,

¿Puede un ser humano, encadenado, encerrado o atado físicamente, sentirse libre?

¿Y puede ese mismo ser, si desde niño ha sido subyugado y condicionado por creencias y dogmas –y aunque libre de correr y vivir en un espacio abierto– sentirse atado, con complejos y miedos, controlado por su mente y esclavo de sus sentimientos y emociones?

Así hay muchos seres atados y pocos seres libres. Todos amamos la libertad porque a todos nos gusta sentirnos sin ataduras y limitaciones.

¿Por qué entonces muchos hablan de la libertad que desean y buscan —y aunque poco luchan por ella— pero muy pocos se sienten libres?

¿Qué significa ser libre?

Hacer lo que uno quiere, dice la gente.

¿Y qué significa hacer lo que uno quiere?

¿Dejar que la mente sea libre de actuar y de ir donde quiera —y eso incluye vicios y degeneración— o, a través del discernimiento y de valores morales, controlarla y dirigirla hacia el bien y la Felicidad? 

¡ESCUCHA!

Tú también puedes ser libre. Si tan siquiera un humano logra algo, significa que potencialmente cualquier humano puede lograr lo mismo, especialmente si ese logro no es físico ni mental –donde pueden haber limitantes– sino que ese logro es espiritual, donde no hay diferencia alguna.

La libertad más sutil está YA en tu mente, y eres tú y sólo tú quien decide ser libre o seguir  atado.

Mira el mundo. Mira cómo estás solo o sola, mira cómo el amor humano –porque es  imperfecto y limitado– es una ilusión. En realidad no tienes nada ni a nadie, porque todos te pueden dejar para siempre, y nadie te entiende de verdad.

Todo lo anterior –y mucho más– viene de imposiciones, creencias, dogmas y miedos que la sociedad ha creado en tu mente aún mucho antes de lo que recuerdas. Todos ellos son ESCORIAS que crean la infelicidad que tienes ahora, y todos ellos son ilusorios que se alimentan de tu energía vital…TODAS las veces que TÚ les das poder.

¿Te imaginas qué significaría ser libre de todas esas imposiciones, creencias, dogmas y miedos?

Y más aún, ¿Te das cuenta de que YA eres libre y no lo sabes?

Sí, Tú puedes ser tú mismo y libre en cualquier momento que tú lo decidas.

Ya eres libre, YA, pero como no crees que lo eres, no lo estás todavía.

¿Qué más necesitas para entender que eres libre?

Una vez estés emocionalmente libre —y te sientas al mismo tiempo lleno de amor por todo lo que te rodea— tendrás una sensación de plenitud, satisfacción y desapego que ningún amor humano, por más grande que sea, te podrá dar. Verás a cada ser o cosa, incluso lo que ahora consideras insignificante, como parte integrante del UNO.

Y, ¿Quién te IMPIDE ser EMOCIONALMENTE LIBRE YA, en ESTE INSTANTE?

¿QUIÉN?

¿Quién, sino TÚ MISMO O TÚ MISMA?

PS – Este artículo es sólo la introducción de muchos memes #MeDeclaroLibre que publicaré en las Redes Sociales. Te invito a seguirlos –y compartirlos– porque van a mostrarte algo interesante sobre la libertad.