Por culpa de Caperucita Roja hemos crecido con la idea de que los lobos son malvados. Pero, ¿es eso verdad?

A parte de los instintos básicos en común con los humanos (comer, dormir, procrear y tener miedo), es de sentido común que los lobos son animales y nosotros, los humanos, les somos superiores.

En realidad, porque guiados por los instintos, los lobos no son ni malos ni buenos.

Como verás en esta historia, hay mucho que aprender de los lobos…

Es siempre más común que nuestros viejos padres y/o abuelos, se vuelven un estorbo para todos. Incapaces de proveer a sus necesidades, débiles y con problemas físicos que los convierten en dependientes, frecuentemente su cuidado causa discordia entre los hijos, o entre parejas. Y cuando se tiene la mala idea de viajar con uno de ellos, su paso lento e inseguro vuelve un paseo en una pesadilla.

Ahora, observando la instintiva sociedad de los lobos (observa la foto), cuando toda la manada se mueve a buscar mejores territorios de caza, se descubre una asombrosa manera de viajar y de cuidar a los viejos entre ellos.

Los lobos ancianos son aquellos que abren el camino, y así aquellos que imponen una velocidad congenial a sus necesidades. Al no ser así, se quedarían atrás y serían una simple presa de otros predadores.

¿Y quién los protege en caso de una emboscada? Los guerreros del grupo, los cinco más fuertes que los siguen.

Con el camino ya seguro, siguen las hembras con sus pequeños, y entonces todo el resto de la manada, seguida por otros cinco guerreros que protegen la cola en caso de ataque desde las espaldas.

Y así, cada miembro del grupo, moviéndose al ritmo de los viejos, cuida y ayuda a los demás, tal como una familia ideal debería hacer.

Al final, separado del resto, va un último lobo. Es el poderoso Alfa, el macho que manda, que tiene el derecho de vida y de muerte, que escoge a las hembras, y que protege la manada.

Es el líder y, desde su posición observa, y decide la dirección de camino de toda la manada.

Los humanos -podemos ser malos y buenos- además del instinto tenemos también intelecto e intuición pero, como se puede notar, bajo varios aspectos, no somos necesariamente mejores que ellos.

¿Y por qué?

Porque tenemos EGO…

El INFINITO está YA en ti…¡Descúbrelo!

[En esta foto de Cesare Bray se peden ver los cinco grupos separados.]